domingo, 14 de octubre de 2018

Acerca de, ¿Burro muere en accidente aéreo? Por Tiberio Murcia Godoy

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Felipe  Lozano director de la Casa Museo Alfonso López Pumarejo en Honda Tolima,  en una de las actividades que se desarrolla allí, se encuentra la pieza del mes, y la de octubre  la denomino ¿Burro muere en accidente aéreo?, e hizo la invitación al público en general el pasado  4 de octubre del presente año, y dos de los invitados para disertar sobre el tema fueron el biólogo Luis Enrique Larrota y el arquitecto Rodrigo Valencia Bonilla. El primero por vivir cerca en la actualidad al sitio de los acontecimientos, y el otro por su bagaje histórico sobre la ciudad.
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Los presentes escuchamos atentos las memorias de estas dos personas, quienes narraban de acuerdo a su tradición oral esta leyenda. Inquieto en ahondar sobre el tema me acorde haber leído algo en el periódico Pro-Honda, donde fui colaborador, y en mi archivo personal los  encontré, he aquí lo narrado.   
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Humberto Ávila Rodríguez, narra,  “Era un lunes, exactamente el 23 de agosto de 1943, cuando a eso de las diez de la mañana aparecieron dos veloces aviones Hawk de caza revoleteando sobre la ciudad y ejecutando acrobacias y maniobras increíbles a baja altura sobre el centro  comercial y a lo largo del rio Guali. Por fin uno de uno de los aviones, se elevo y se dirigió a Mariquita, mientras el otro continuaba con su operación suicida y volando en dirección al puente Pearson y a la altura de la Mesa de los Palacios, quiso hacer un medio “looping”, pero debido a la poca sustentación de estos aparatos por sus alas cortas, cuando pierden velocidad, no pudo lograr su posición horizontal y se estrello contra una casa de la cuesta San Francisco, contigua a la casa de Tesmistocles Amaya, recogiendo y arrugando el techo como si fuera una hoja de papel y dejando incrustado su motor. Mientras el resto de la maquina, o sea el fuselaje, caía sobre la cuesta con el piloto atado dentro de la carlinga y con el tren de aterrizaje hacia arriba. Como dato curioso, fue el de un burro que estando allí en la cuesta, se salvo milagrosamente, porque apenas fue rozado por el extremo de unas de las alas del aparato y se quedo en el mismo sitio tan campante como si nada hubiera ocurrido. El piloto accidentado era el subteniente Marco A. Espinoza. ”. (1).
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Arnoldo Guerra, afirma, “Un lunes de enero de 1944, en la época en la cual Concha la Macha se ganaba la vida vendiendo leña, cuyas cargas transportaba a lomo de dos burros. Amarro sus dos burros de los travesaños de la cuesta San Francisco, a mano derecha, y a eso de las de las diez y media de la mañana, un avión AT-6 de la base de la fuerza aérea de palanquero, que era piloteado por un teniente de apellido Espinosa, que había venido hacerle piruetas y demostraciones a una hermosas joven hondana de apellido Vergara. Se accidento sobre la casa que ocupaba el señor Moisés Aguirre, habiendo quedado el motor del avión incrustado en las paredes de la residencia y el resto del cuerpo del avión se precipito sobre los burros que estaban amarrados precisamente en la cuesta de San francisco, y de esta forma se salvo milagrosamente el teniente Espinosa”. (2).

Bueno, aunque existen algunas incongruencias entre los dos cronistas, como el año, el mes del suceso, el avión, la cantidad de  burros. Coinciden en testimoniar sobre  el hecho,  lo cual  no es leyenda, sino historia , con un final feliz, el burro no murió

Ahora me corresponde ahondar y acercarme  más a este suceso histórico, que debe encontrarse en los periódicos nacionales de la época, ya que en ese entonces Honda, era una ciudad de gran relevancia económica, social, cultural y aérea, y hoy un remanso de paz y turístico.



(1). RODRIGUEZ Ávila Humberto (1998). Alas sobre Honda. Periódico Pro-Honda. Año XXIX. No 298. Julio. Bogotá. página 8

(2). GUERRA Arnoldo (2003).  Dos episodios de la vida de la Cocha la Macha. Periódico Pro-Honda.  Año XXXV  No 326. Diciembre. Bogotá. Página 12