domingo, 11 de septiembre de 2011

Una historia casi mía, por Mabel Rocío Marín Roa – 14 años – (Honda, Tolima)

- ¡Abran esa maldita puerta, hijos del demonio!

Con sus manos temblorosas y escondiendo a sus hijos, aquella madre tan amante de su familia intentaba salvarlos de lo que sería tal vez su fin, ella y sus tres hijos estaban a punto de morir y lo sentían dentro de sí. Cada vez que esos hombres golpeaban la puerta de madera ella sentía como si le clavaran un puñal en el corazón.

Con un poco de valor, abrió la puerta antes de que la tumbaran, sin saber que lo que harían y dirían aquellos hombres le daría a su vida un giro de 180º. Esos minutos fueron los más largos y amargos de su vida. La golpearon y maltrataron verbalmente durante casi una hora. Los hombres se fueron dejándola casi muerta, el motivo fue que la familia tenía que darle a la guerrilla una cuota por la cantidad del producido de la finca y el hombre de la casa, mi abuelo, no la pagó. Antes de irse, los hombres le dijeron a mi abuela: “Tres años para que produzcan”.

En tres años debían entregar su finca, esa en la que habían trabajado durante toda su vida, pero ella se mantuvo con mucha fortaleza para animar a sus hijos quienes se encontraban aturdidos por lo sucedido. Así se demuestra el amor de una madre hacia sus hijos.

Todo esto sucedió mientras el abuelo regaba y preparaba un huerto especial. El de su medicina, la llamada “yerba”, que según él, era la cura para todos los males. Mis abuelos no tomaron la amenaza en serio pensando que todo pasaría con el tiempo.

Sin embargo, debido a ésta situación mi mamá tuvo que conseguir trabajo. La madrina logró conseguirle un trabajo como empleada doméstica interna en Honda. Aquella mujer luchadora emprendió camino con su mochila al hombro y sus zapaticos de charol embarrados. Luego de un extenso viaje, mi mamá llegó al Carmen, el Terminal de Transporte de Honda, cogió un taxi y llegó a su destino.

Al llegar a la casa la patrona le dijo a mi mamá unas palabras que nunca ha podido olvidar:

-Tres comidas al día, salidas sólo los domingos por la tarde y entre semana sólo en caso de emergencia. Su cuarto esta allá.

Mi mamá prestó mucha atención y le fue muy bien.

Semanas después, en una calurosa tarde, mi mamá miró por la ventana y vio un joven simpático frente a ella. Ese joven más adelante sería mi papá. Notó que él la miraba también. Un día la invitó a salir y se dieron cuenta que tenían muchas cosas en común. Durante un tiempo sostuvieron una relación a escondidas. Luego mi papá fue a la finca de mis abuelos a pedir la mano de mi mamá y se la concedieron. Al año y medio de conocerse se casaron y se fueron a vivir juntos en un pequeño apartamento. Mi mamá dejó de trabajar.

De regreso en el campo, tres años después de la amenaza contra mis abuelitos, tal como los victimarios lo habían predicho, mis abuelos fueron sacados de sus tierras por no pagar la cuota. Ellos, mi abuela, mi abuelo, mi tío y mi tía, tuvieron que irse a vivir al apartamento de mis papás.

Durante dos años pasaron todo tipo de dificultades, especialmente económicas, ya que mis abuelos no podían conseguir trabajo. Mi tía al ver esta terrible situación, a sus catorce años, comenzó a buscar trabajo y se convirtió en niñera y empleada del servicio doméstico. Mis padres fueron pacientes, sabían que los únicos responsables de lo sucedido a mis abuelos eran los grupos armados al margen de la ley y también queda claro que mis abuelos acogieron a mi papá como un hijo más. Al poco tiempo, mi mamá quedó embarazada de mí. Tuvo muchos problemas de salud, tantos que yo no tenía esperanza de vivir y ella también corría peligro.

La doctora Marta, ginecóloga, dijo que hasta que mi mamá tuviera siete meses de embarazo no me compraran las cosas necesarias, no podía augurar nada bueno. Mi mamá se sentía muy triste y decepcionada, pero nuestra familia la apoyó en todo momento y le brindó muchos ánimos y esperanzas.

Cuando mi mamá cumplió los siete meses de embarazo se sintió muy feliz ya que juntas habíamos sobrevivido el tiempo que según los doctores era muy poco probable de superar. Un mes después nací. Según mi mamá fui la luz que alumbró el camino de mi familia. Todo comenzó a mejorar, lo único desafortunado fue que al haber nacido prematura, el hueso del coxis no estaba bien desarrollado. Mi familia me cuidó mucho y, gracias Dios y a la Virgen Santísima como dice mi abuelita, no tuve dificultad y me recuperé.

Después de dos meses de recuperación mi abuelo decidió viajar a la finca de sus padres, pero antes de irse, nos hizo a mi mamá y a mí dos lindos obsequios. A mi mamá una porcelana en forma de pato que aún conserva y a mi unas lindas palabras y una bonita contestación de mi madre hacia su padre: “Cuide a la niña mija que ella va a llegar lejos porque sé que es muy inteligente”, a lo que mi mamá dijo “Ella va a ser tal como usted”, porque mi abuelo era veterinario, agrónomo y un gran campesino muy trabajador.

Se fue y hasta el día de hoy nadie lo ha vuelto a ver. Pusimos denuncios, anuncios y cuñas radiales, pero hasta el momento nada ha dado resultado porque al parecer se fue para nunca volver. Mi familia y yo hemos salido adelante. Mi mamá ahora se dedica a nuestro hogar y a hacer costuras. Mi papá, quien me está criando, es guarda de seguridad de una empresa de valores y yo, dejando la presunción a un lado, soy una exitosa estudiante con muchas ganas de progresar y superar mis metas. Por su lado, mi tía tiene tres hijos hombres y tiene una relación hace diez años con un señor muy agradable. Mi abuela se dedica a cuidar de sus nietos a quienes adora y por los cuales daría la vida.

Tomado de:

http://www.bibliotecanacional.gov.co/blogs/centrosmemoria/2011/06/23/una-historia-casi-mia/

El viaje de mi mamá, por Sebastián Bocanegra – 12 años – (Honda, Tolima)

Mi mamá se llama Cielo Rubí Bocanegra Espejo. Ella vivía con sus padres en Honda, Tolima. A la edad de 26 años decidió tener un hijo, pero se encontraba en una situación económica muy mala. Preocupada habló con mis padrinos quienes le propusieron viajar con ellos a los Estados Unidos y tomó la decisión de dejarme con mis abuelos para así poder asegurarme un futuro mejor.

Mi mamá y mis padrinos pararon en Venezuela antes de llegar. Al poco tiempo comenzaron a cobrarle el pasaje y la estadía, así que tuvo que salir a trabajar. Lo hizo en un almacén de ropa. Allí se llevó la sorpresa de que su mejor amiga ya era legal en Estados Unidos y tenía su propio negocio. Ella le ofreció trabajo.

Mi mamá comenzó a trabajar muy duro y así pudo empezar a mandar dinero y ropa para que yo pudiera estudiar. Yo ya había cumplido cuatro años. Después de dos largos años mi mamá pudo conseguir su propio apartamento y empezó a trabajar con una empresa de ropa.

Pasaron dos meses y mis padrinos vieron que mi mamá surgía cada vez más y ellos estaban en las mismas de antes, por lo que empezaron a hacerle brujería y cosas malas para que ella fracasara.

Mi mamá empezó a sentirse mal, le empezaron a salir ojeras y un día iba saliendo del trabajo y se desmayó. Un muchacho la vio, la recogió y la llevó al hospital. Al despertar lo miró y se enamoró al instante de su salvador. Al poco tiempo comenzaron a salir y decidieron formar una familia. Tuvieron un hijo llamado Daniel, mi hermano.

Yo ya estoy grande, tengo doce años, felizmente estoy cursando el grado séptimo y vivo en Honda con mis abuelos, ellos son como mis padres. Ahora estoy muy emocionado porque voy a ver a mi mamá y a mi hermano, y viajaremos juntos a los Estados Unidos. Ya no va a ser igual como en Honda, porque allá no hay comidas típicas, no voy a comer la misma comida que me prepara mi abuela, no voy a comer ni lechona ni tamales, va a ser diferente pero voy a estar feliz.

Tomado de:


sábado, 3 de septiembre de 2011

Conversatorio "Estado Soberano del Tolima". Catedra Alfonso López Pumarejo

EL ESTADO SOBERANO DEL TOLIMA "150 AÑOS DE HISTORIA"
Hora
Sábado, 10 de septiembre · 8:30 - 11:30

Lugar
CAMARA DE COMERCIO DE HONDA, AUDITORIO HERNANDO PARRA CASAS
Se desarrollará la segunda jornada de la catedra "ALFONSO LOPEZ PUMAREJO "
el sábado 10 de septiembre del año en curso entre las 8:30 a.m. y 11:30 a.m.,
en el Auditorio Hernando Parra Casas de la Cámara de Comercio de Honda
con el conversatorio “ESTADO SOBERANO DEL TOLIMA: 150 AÑOS DE HISTORIA”.
este evento contará con la participación del Dr. Augusto Trujillo Muñoz (Jurista, Periodista e Historiador Tolimense),
Dr. Hernán Clavijo (Historiador, Vicepresidente de la Academia de Historia del Tolima),
y el Licenciado Tiberio Murcia Godoy (Presidente del Centro de Historia de Honda.

Esperamos su presencia en este acto.

miércoles, 8 de junio de 2011

Homenaje a Flor María Laverde Polanco Por German Ferro Medina

Tengo rabia

Solo el recorrido por los árboles de nuestra casa en La Caleraha logrado calmar un poco mi tristeza. En ese naciente bosque, Flor María nos acompaño hace 3 años a iniciar la siembra con un árbol que se llamaba coincidencialmenteflorybundia. El árbol ha crecido de manera vigorosa y lleno de vida, asunto que le hice saber varias veces a Flor, era su árbol!

Tengo rabia,

Porque a Flor le faltaron varios años para seguir regando su generosidad

Para cumplir con sus sueños que también fueron los de su madre

Porque le faltaron años para que la quisiéramos más.

Honda ha quedado, en cierta forma, huérfana:

Huérfana de su espíritu generoso

De su compromiso con los pescadores, el museo y el río, que hoy tanto la necesitaba.

Quiero decirles a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, a sus familiares, a sus grandes amigos y amigas y a la comunidad de Honda, que nosotros Margarita y nuestro hijo Juan, conocimos a Flor María Laverdey damos testimonio de una mujer: toda generosidad, todo compromiso, toda honestidad y hemos quedado con un gran vacío.Sentimos y les recuerdo a todos, que sus sueños y compromisos con Honda, con el museo, con la gentey con el río, en el que ella tantas veces nos sirvió de anfitriona y lucho con alegría y sin cansancio, son nuestra herencia y nuestra deuda con ella.

En estos últimos días le fuimos visitarllevándole unas semillas de roble, y eso era ella: Flor que era semilla… y fortaleza en la eterna renovación de la vida y de los sueños.

Nosotros aprendimos de su entereza y transformación espiritual, en un cuerpo cada vez más débil…qué paradoja y qué enseñanza!

He dicho que tengo rabia, pero también estoy feliz de ser parte de esta comunidad de deudos. De acompañar a Flor María, en este, su último viaje por el río de Colombia, y como ella muy bien lo sabía, por el río amigo, por el río del Bocachico, por el río de las tumbas, por el río de la vida, por el río Grande de la Magdalena.

Nuestro hijo hace poco nos dio a conocer uncantico u oración celta que hoy encontramos apropiado leer, con unas pequeñas adaptaciones, en homenaje, en honor a una mujer que sembró semillas con sus sueños y hoy de acuerdo con su solicitud la devolvemos al río que amó.

“No te detengas y llores sobre mi tumba

No estoy allíno estoy dormida

Yo soy todos los vientos que soplan

Y un río que copia paisaje

Siempre fui río que da de beber y pescar

Soy la luz del sol sobre un grano maduro

Soy la lluvia en otoño

Y la tenue estrella que titila en la noche

No te detengas y llores sobre mi tumba

No estoy allí, jamás he muerto.

German Ferro Medina

Margarita Reyes Suarez

Juan Ferro Reyes