jueves, 16 de abril de 2015

El encuentro con Galeano a mi no me cambio la vida. por Jaime Cedano Roldan

Siento ser sincero y mis respetos a quienes lo están confesando. A mi la verdad y esto seguro que a nadie le importa no me pasó lo mismo. Yo busqué a Galeano por vulgar y fisico interes. Por un puñado de pesos.
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Fue por allá en los años 75 o 77. El hombre estaba empezando a ser conocido y su primera gran obra "las venas abiertas de America Latina” también. En la calurosa ciudad de Honda a orillas del rio Magdalena subvencionaba mi militancia y concejalía comunista vendiendo revistas Sputnik, Mujer Sovietica y uno que otro libro.
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 En un caso de lo que ahora llamaríamos enchufismo un profesor de la recien creada subsede de la Universidad del Tolima me tiró el dato de que iba a pedirle a sus alumnos el libro de las venas de un tal Eduardo Galeano. Subí a Bogotá a buscarlo y lo encontré en la editorial Colombia Nueva. Cuando los alumnos salieron de su clase nocturna con el libro recien solicitado, estaba yo en la puerta ofreciendolo. Los vendí todos. Los tres cucharazos del día estarían garantizados por algunas semanas. No tuve tiempo ni ganas de ojearlo. Despues nunca pude terminarlo de leer. Pero ya sabía que el hombre estaba ahí, que era de los nuestros, o mejor , que yo era de los de ellos. Que nosotros eramos de los de ellos. De Galeano, de Benedetti, Roque Daltón, Jorge Amado, Garcia Marquez, Cortazar, Vargas Llosa entonces y otras y otros que escribían lo que sentíamos. Lecturas que ayudaron a varias generaciones a soportar las que vendrían y a creer en los sueños a pesar de las pesadillas. Lo bueno es que estos nuestros muertos de ahora se van hasta contentos. Las cosas están cambiando.
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Tomado de su facebook

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