El pasado habla a través del presente en esta población, a través de una edificación que inició su vida legal hace un siglo y ha sido clave en el desarrollo comercial del Centro del país a través del río Magdalena. .
Cien años han pasado desde que se gestara por acuerdo municipal su intención de existir. La plaza de mercado de Honda es uno de esos bienes que han sobrevivido los embates del tiempo y el olvido en el Norte tolimense y se resisten a caer.
Fue el 23 de marzo de 1916 cuando el Concejo, por medio del acuerdo 06, dio pie a que iniciara el año siguiente la construcción de esta gran edificación, que ha albergado desde aquel entonces cientos de puestos de mercado, cacharrerías y otros servicios.
Ejemplo tal es la joyería y relojería La Esmeralda, que lleva 96 años de existencia en el costado que da al río Gualí, y cuyos propietarios han visto el pasar del tiempo, con el abandono que ello conlleva y una u otra construcción vecina que ya no está.
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“En 1917 se fundó este edificio y uno de los primeros almacenes fue este, el de Jesús Navarro Charry. Llegaron almacenes, tiendas y puestos de mercado, que todavía hay, y esto quedó para toda la vida de comercio”, cuenta doña Blanca Navarro de Caldas.
Así se construyó
Paredes de cemento, techos de hierro y cemento y columnas de mampostería conforman este bello conglomerado que fue construido entre 1917 y 1935, y son fechas que saltan a la vista en los arcos que adornan cada una de sus cuatro entradas.
“Los trabajos se acometerán únicamente por tramos o galerías, a fin de evitar hasta donde fuera posible la interrupción de los mercados y la disminución de la venta. Se dará inicio a la obra por la galería que da hacia las calles de América y San Francisco, que será el frontis del edificio; luego se continuará con la galería que mira hacia la calle del Junín, y así sucesivamente”, reza el texto del Acuerdo.
Esta edificación, según lo dispuso en su tiempo el Concejo, se levantó “por cuenta del municipio, sobre los terrenos y escombros de San Francisco, ocupados con el actual mercado público”, y para ello se constituyó una junta Directiva.
“Habrá una Junta Directiva compuesta de cinco miembros: un concejal, el Personero municipal y tres vecinos nombrados por el Concejo. Además de la Junta Directiva, habrá un arquitecto Director, nombrado por la Junta, pero con la aprobación del Concejo”, se añade.
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Las anécdotas quedan
Pero volvamos a lo que ha significado este edificio y, a su vez, tolerado en el paso de los años. Rodrigo Caldas, copropietario de La Esmeralda, recuerda cómo en aquel fatídico 9 de abril de 1948 la turba de los liberales llegó hasta Honda.
“De ese día, el 9 de abril y la ola que venía desde la capital, aquí están las secuelas de cuando quisieron tumbar la puerta y saquear el almacén. Fue el único en manos de los conservadores que se salvó, por la condición de mi abuelo”, asegura.
Esa condición, añade, era precisamente ser amigo de una de las mujeres más férreas del pueblo: doña Carmen Bríñez, reconocida como ‘La Pilda’, la matrona de la zona de tolerancia.
“Ella, con un revólver calibre 32, disparó y era tanto su liderazgo que paró la turba liberal, lo que no podía hacer quizá la autoridad, y dijo ‘A Jesús no me lo toca nadie’”, comenta don Rodrigo, mientras muestra algunas de las marcas en la puerta del establecimiento.
Pero va más allá doña Blanca, de 82 años, quien reconoce que el edificio “está intacto desde que lo hicieron, pero lo tienen muy abandonado, no le echan pintura. Uno hace lo del local de uno, pero de resto por fuera no.
“Me dijo una vez un turista: ‘Señora, ¿ustedes por qué tienen esto tan abandonado’.
“Le dije que nos ocupamos de lo nuestro, pero que lo demás lo ve abandonado por la Alcaldía, y él me dijo: ‘Es que este monumento no lo hay sino aquí, en Honda’”, asevera.
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Plaza de Mercado de Honda (Foto Helmer Parra)
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Tomado de;
http://www.elnuevodia.com.co/nuevodia/tolima/regional/285458-honda-su-plaza-de-mercado-cuenta-100-anos-de-nostalgia
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