lunes, 9 de noviembre de 2009

MOMENTO HISTÓRICO: PRUEBA DE RESISTENCIA CON GANADO DE JULIANA ALEXANDRA HERNANDEZ SIERRA

Agradecemos ala docente Doris Sierra por hacernos llegar el cuento ganador de su hija Juliana, esperamos los demás cuentos para publicarlos en el blog. Gracias.
Tiberio Murcia Godoy
Miembro del Centro de Memoria Honda
Felicitaciones por el blog, es interesante.
Tiberio quiero compartir con ud un logro de mi pequeña hija Juliana Alexandra Hernandez Sierra, ella participó en el concurso de narrativas locales , con una crónica sobre la resistencia de el puente Navarro probada con un lote de ganado y la plaza de mercado y obtuvo el primer lugar en la categoría infantil, ella tiene 6 años y esta en primero en el Jardín de María. estamos super contentos, pues aunque la niñas hasta ahora esta comenzando a escribir y leer, ella escribió el cuento, obviamente, el colegio la orientó y mire el resultado, ella esta feliz y entusiasmada con el taller.
Te paso una copia del cuento. Se ganó un viaja a Bogotá a un taller y bueno esperamos la niña se cultive con esa cultura del papá, aunque ud no me crea, ella le gusta leer el periódico, lo ha aprendido del papá.
Cordialmente
Doris Sierra

MOMENTO HISTÓRICO: PRUEBA DE RESISTENCIA CON GANADO.
Mi papá es un hombre muy interesado en la historia de Honda y que me ha contado muchas historias que él ha conocido por lo que se llama tradición oral y no aparecen en ningún libro, de las que les voy a contar. Más o menos en 1896, siglo diez y nueve, cuenta mi papá que el Puente Navarro fue construido por unos ingenieros Norteamericanos, responsables del diseño y la construcción, y para probar si resistía el peso y si su estructura estaba bien, buscaron ganaderos de la región para que les prestaran animales para hacer la prueba de resistencia, pero nadie quería arriesgar su ganado, les daba temor que el puente se cayera y se murieran sus animales, hasta que le dijeron a un ganadero llamado don Zenón Ferro, dueño de una hacienda muy grande y rica llamada “la palmera” que les prestara 100 novillos, grandes, pesados y gordos para probar la estructura y estabilidad del puente y él aceptó.
Esto se convirtió en una noticia que paralizó al pueblo, nadie quería perderse el momento de la prueba.
Los novillos fueron llevados al puente por vaqueros expertos y colocados uno a uno sobre el puente. Una gran multitud de personas se aglomeraron a ambos lados del rio en sitos distintos donde pudieran ver ese momento histórico y hermoso; algunos de los animales eran cimarrones, es decir, sin domar, ariscos y se asustaron, echaron a correr y saltaron por el pasamanos y fueron a dar al rio, pero su gran mayoría se quedaron parados sobre el puente permitiendo probar su resistencia, la prueba fue un éxito y los ingenieros hicieron la entrega oficial del puente que permitió el paso de personas y bestias con carga y hasta nuestros días no se ha caído y sigue siendo un puente peatonal y de un gran valor histórico.
Esta crónica fue narrada por el señor Aurelio Lozano quien nació en 1850 y murió en 1957, un hombre que vivió 107 años quien participó como uno de los vaqueros que llevaron los novillos al puente. Esta historia él se la contó a su hijo el señor Luis Aurelio Lozano, quien vivió entre 1908 a 1994 y quien de paso se la contó a mi papá y yo la comparto con ustedes.
Pero ahí no paran las historias de papá respecto a la resistencia con ganado, papá me cuenta que hace mucho tiempo el transporte de ganado se hacía a pie, pues no existían vehículos adaptados para el transporte de animales, y entonces se utilizaban las vías públicas y vaqueros expertos que se ubicaban en sitios estratégicos, para que el ganado no cambiara de camino. Fue así como una mañana en una verdadera prueba de resistencia a principios de los años treinta, cuando la plaza de mercado estaba recién construida y aún no había sido entregada oficialmente, pero ya funcionaban la mayoría de locales de ventas de mercado normales, como hortalizas, granos, carnes, pollo, pescado, puesto de comidas preparadas entre muchas cosas más, que se vieron afectadas por lo que les voy a contar.
Mi bisabuelo Don Evaristo Hernández Hincapié, necesito trasladar 150 reses de la hacienda “El Espino” en Cundinamarca, a la hacienda “Padilla” en la vía hacia Mariquita. De este ganado hacían parte vacas, novillas, terneros, algunos novillos cerreros, es decir, ariscos. Todo iba normal para la época hasta la llegada a la plaza de mercado de Honda, donde los vaqueros perdieron el control y un novillo que iba en la parte delantera entró por el portón de la parte oriental de la plaza de mercado, situación que hizo que todos los demás animales se volcaran hacia allá en estampida, produciendo dentro de la plaza de mercado el mayor pánico y confusión entre vendedores y visitantes, al observar la entrada sorpresiva de esta cantidad de ganado bravo y arisco que a su paso ocasionaba grandes daños a los dueños de los negocios y atropellaban a las personas a su paso con sus cuernos, y a la vez la turba de gente corría desesperada buscando alguna salida.
Esto fue una verdadera catástrofe para los habitantes y los comerciantes de la plaza de mercado, volver a tomar el control del ganado duro como dos horas. Después, cuando la calma regreso, mi bisabuelo Evaristo Hernández Hincapié pago todos los daños materiales y pago los gastos médicos de quienes salieron heridos.
Este tipo de circunstancia fue único en la historia de Honda, no se volvió a presentar, pues se tomaron medidas y precauciones en el transporte de animales, después ya aparecieron los camiones de estacas para transportar animales. Como ven ambas historias son pruebas de resistencias con ganado, una de peso y la otra de control.
FIN
AUTOR: JULIANA ALEXANDRA HERNANDEZ SIERRA
EDAD: 6 AÑOS
GRADO PRIMERO COLEGIO JARDIN DE MARIA HONDA.
OCTUBRE 1 DE 2009.

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